Mariú entra en contacto con el mundo de la fantasía y accede a ese lugar mágico en donde habitan los sueños y las cosas invisibles.De alguna manera, aprende a conocerse mejor a sí misma y a estar más segura de sus comportamientos. Porque, al fin y al cabo, lo importante es “que tu vida sirva a los demás, o sea, no estar todo el rato viendo la tele y comiendo galletas”. Su madre, por fin, parece recuperar la paciencia y Mariú sale del sueño fortalecida y feliz.
El día que mamá perdió la paciencia se divide en siete capítulos, tantos como los años que tiene Mariú y narra una historia destinada a los niños y niñas de esa edad, a los que ya saben leer y pueden disfrutar con la fascinación de las palabras.La lectura del libro brinda, por lo tanto, sorpresas y momentos inesperados.
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