Ha nacido una ilusión, llevaba mucho tiempo dándole vueltas a la idea de abrir un espacio en el que las mamás y los papás podamos compartir nuestras vivencias, preocupaciones, anhelos y, sobre todo, soluciones. Mi reto necesitaba ayuda, para ello puse a mi hermana Eva a trabajar en este proyecto. Quién no ha querido ser alguna vez una princesa, por lo que ¡¡AQUÍ ESTAMOS!! y te ayudaremos en lo que necesites. Anímate a entrar en acción

miércoles, 6 de junio de 2012

Importantisimo hidratar a los niños



Empieza el verano y esperemos que llegue el calor y el buen tiempo, es importantísimo en esta etapa hidratar a los niños, ya que el agua es el principal componente de nuestro cuerpo y a su vez, el cuerpo la utiliza en numerosos procesos metabólicos. Así que tanto en la infancia como en la juventud, debemos de prestar mucha atención para reponer toda el agua que gastamos y mantener unos niveles óptimos de hidratación.


Destacamos las principales recomendaciones en relación a la hidratación de niños y jóvenes:

·         Tomar bebidas en cada comida y entre las mismas (tomar ocho vasos de líquidos al día)

·         No confiar únicamente en la sensación de sed , cuando se tiene sed ya se han perdido líquido es una señal de alarma del cuerpo.

·         Mantener las bebidas a temperatura moderada, pues si están muy frías o muy calientes se suele beber menos.

·         Elegir las bebidas según el nivel de actividad física realizado.

·         Aumentar la ingesta de líquidos en época de calor y antes, durante y después del ejercicio

Las necesidades de Agua de los Lactantes: Debes recordar que no son conscientes de sus necesidades ni capaces de trasmitílas. Los recién nacidos alimentados con leche materna no suelen necesitar un aporte extra de líquido. No obstante, cuando suben las temperaturas es importante ofrecerle el pecho al bebé con mayor frecuencia para asegurarnos que tiene cubierto el aporte de líquido necesario.

Sin embargo, a los bebés alimentados con lactancia artificial, se les puede ofrecer un biberón con agua entre las tomas, “aunque siempre sin forzarle”. Además, en este caso hay que cuidar la correcta preparación de los biberones de leche adaptada, dado que si están demasiado concentrados se limita el correcto aporte de líquidos (consultar siempre con el pediatra).

Asimismo, en verano hay que prestar especial atención a la piel de los bebés, dado que su función barrera no está del todo madura y pierden agua con mayor facilidad. Por esta razón, conviene hidratar diariamente su piel mediante productos “que contengan principios activos humectantes, emolientes y lo más naturales posible, de manera que no resulten  agresivos frente a su delicada piel.

La deshidratación en los niños y en los bebés ocurre cuando existe una falta de líquidos en el cuerpo, que son necesarios para que lleve a cabo sus funciones en un nivel óptimo. Los bebés y los niños pequeños son los que corren el mayor riesgo de padecerla.

Los síntomas que alertan de una deshidratación son: vómitos, diarrea, sudoración, poca ingesta de líquidos, ojos hundidos, lengua y mucosas de la boca secas o pegajosas, fontanelas hundidas en los lactantes, y la falta de elasticidad en la piel al pellizcar un pliegue del abdomen.


Tratamiento de niños y bebés deshidratados Para combatir la deshidratación es preciso reponer los líquidos con la ingesta oral de líquidos y sales minerales, a través de sueros o preparados comerciales o limonadas caseras. Esta última, la "limonada alcalina" se prepara disolviendo en 1 litro de agua el zumo de 2 limones, una cucharada de bicarbonato de sodio y azúcar al gusto. Las soluciones de electrolitos o las paletas de helados son muy efectivas y están disponibles en las farmacias.

No se recomienda utilizar bebidas para deportistas debido a que éstas contienen mucho azúcar y pueden causar o empeorar la diarrea. Igualmente, se debe evitar el uso del agua como primer recurso de reemplazo de líquidos en bebés y niños.

Tomar líquidos generalmente es suficiente cuando nos enfrentamos a una deshidratación leve. Es mejor suministrar con frecuencia pequeñas cantidades de líquido, utilizando una cuchara o una jeringa, en vez de forzar al bebé o al niño a beber una cantidad grande de líquido de una sola vez, ya que esto puede producir más vómito. Si el estado es grave, la reposición de líquidos será de forma intravenosa.



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